¡Bienvenidos!

¡Bienvenidos! Este espacio fue creado para proveer a las personas información para su desarrollo y crecimiento personal.

jueves, 5 de enero de 2017

CO.DA.MO




            Consejería, Danza y Movimiento Terapia
            A través de la danza y el movimiento como terapia psicológica integramos el proceso de la Consejería Profesional a diversos grupos de personas con condiciones de salud física o mental para el manejo y la regulación de aquellas situaciones que les provocan malestar. Una Psicóloga experta en Danza Movimiento Terapia dirige las secciones grupales y a través del movimiento ayuda a los clientes a conectarse consigo mismos para luego identificar alternativas de tratamiento.  Posteriormente y como complemento de la terapia se ofrece a los clientes servicios de Consejería Individual o grupal.
            La Danza Movimiento Terapia es un tipo de terapia psicológica perteneciente a las llamadas terapias creativas: Musicoterpia, Arteterapia, Dramaterapia. Se define como el uso psicoterapéutico del movimiento dentro de un proceso que busca la integración psicofísica de la persona.[1] En cada sección se combina la expresión verbal, el movimiento y el juego creativo con diversos materiales o solo con movimiento. Antes del cierre se hace un momento de reflexión para integrar la experiencia y lo que se ha descubierto a través del movimiento.
            En los proceso de Consejería individual se busca prevenir la generación de una crisis. Desea el bienestar y el equilibrio psicológico del cliente facilitando la resolución de problemas existenciales[2] y de los conflictos interpersonales que le afectan. La Consejería se basa en el presupuesto de que todos los seres humanos poseen una tendencia innata a crecer, a desarrollarse y actualizar sus potencialidades, por lo que son capaces de resolver sus problemas. No reemplaza el psicoanálisis porque trabaja con la intensión de que la persona descubra que detrás de cada problemática hay una búsqueda del sentido de la vida.
            En el semestre anterior hemos comenzado un primer ciclo con tres grupos: uno integrado por adultos y dos compuesto por niños. Entre los clientes había personas diagnosticadas con fibromialgia, depresión, hiperactividad, adiciones a juegos electrónicos y otros desórdenes de conducta.


[1] Asociación de Danza Movimiento Terapia, 2015. España.
[2] Crisis vitales

En búsqueda de sentido



En búsqueda de sentido


“¡Tarde te amé!...
Y tú estabas dentro de mí y yo afuera,
y así por fuera te buscaba…
… sobre estas cosas hermosas que tú creaste.
Tú estabas conmigo, mas yo no estaba contigo…
y ahora siento hambre y sed de ti, Dios.”
San Agustín



            Resulta interesante comenzar de esta manera este artículo, pero así como San Agustín descubrió el Amor (descubrió a Dios) “tarde” en su vida, sucede que muchas cosas bellas llegan a nuestras manos en etapas que menos esperábamos. La realidad es que las cosas llegan justo en el momento de Dios y no en el nuestro, en ese instante en que sabremos valorarlas o estamos capacitados para recibirlas. Cuando renunciamos a nuestros planes y nos abrimos a la novedad de los “imprevistos”. Cuando dejamos de calcular y proyectar el futuro y damos paso a lo que tiene que decirnos la realidad que nos rodea.
En más de una ocasión he escuchado decir a mis clientes que les gustaría tener la energía y el vigor de su juventud, pero con la experiencia y sabiduría que posee hoy. Esto es expresado con cierto aire de melancolía, como si la vida se le hubiera ido muy aprisa o solo los años mozos fueran los verdaderamente productivos. Lo cierto es que las cosas bellas llegarán siempre, cada etapa de nuestras vidas, si es bien vivida, puede ayudarnos a ser mejores personas, a crecer a madurar. Lo que hoy tienes es las manos, la belleza que descubres en ello es porque llegó en el momento justo, en el momento en que estabas preparado para recibirlo. Ahora te corresponde conservarlo o incluso hacer que fructifique. Cada etapa, cada momento encierra un misterio que todos estamos llamados a descubrir. Este proceso es llamado por Vicktor Frank como la búsqueda de sentido.
Los teóricos humanistas establecen que el ser humano es libre, responsable, capaz de auto-determinarse e incluso de trascender. Esto significa que cada uno tiene la capacidad de escoger aquello que desea ser en determinado momento de su vida. Esa elección le lleva a descubrirse a sí mismo, a descubrir lo que le apasiona y una vez realizado, se llega a experimentar tal gratificación por todo lo que se siente capaz de ser o hacer que no tiene necesidad de otras gratificaciones. Esas escogidas determinan lo que somos, pero no se cierran en nosotros. Esas escogidas nos permiten miran alrededor para darnos cuenta de que no estamos solos en el mundo, incluso nos llevan a descubrir a Dios presente en nuestra historia. Aquello que estamos llamados a ser o hacer ya ha sido puesto en el corazón desde siempre, solo que algunos nos toma un poco más de tiempo descubrirlo.
A cada uno le corresponde asumir la responsabilidad de desarrollar ese potencial que llevamos dentro, lo que nos hace únicos, irrepetibles y especiales. Descubrir el talento y potenciarlo, para luego ofrecerlo a otros con gratuidad. Solo desde la realización de aquello que somos, de lo que estamos llamados a seremos felices. Y solo desde la felicidad experimentaremos la libertad de ser nosotros mismos y de donarnos a los demás, seremos capaces de amar. Sentirnos realizados nos da plenitud y esta puede alcanzarse a través de las diversas etapas de vida.
Cuantas cosas parece que llegan tarde, pero no es así. Llegan cuando tenían que llegar. Nuestro trabajo como consejeros es precisamente ayudar a nuestros clientes a descubrir y potenciar esos talentos que les permitan auto realizarse. Animarlos a tener el coraje de tomar decisiones basadas en sus propios valores y criterios y ofrecerles orientación sobre las alternativas que tienen a disposición para cada uno de sus problemas. En el ejercicio de mi profesión como Consejera he aprendido a encontrarle sentido a mi propia existencia que es la de escuchar las historias y experiencias de mis clientes para servirles de espejo en la búsqueda de su propio ser.
¡Tarde te amé!... Tú estabas conmigo,…
y ahora siento hambre y sed de ti, Dios mío.”

Santa Sánchez Rivera, Consejera Profesional Licenciada

Espiritualidad y Consejería



Espiritualidad, Religión y Consejería Profesional:

cómo integran los(as) consejeros(as) profesionales los aspectos de espiritualidad y religión en los procesos de ayuda.

Por: Santa Sánchez Rivera

Director del comité de tesis: Dr. César D. Vázquez Pietri, Ph. D.


El propósito principal de esta investigación fue explorar el papel que desempeña el(la) consejero(a) profesional en las intervenciones a clientes en las áreas de espiritualidad y religión. Además, conocer el papel que estas asumen en la solución de los conflictos del (de la) cliente y conocer si su preparación profesional académica corresponde a la necesidad de consejería del (de la) cliente, así como ofrecer una serie de recomendaciones para la práctica en Puerto Rico.

Para el estudio se utilizó un diseño de investigación cualitativo en su modalidad de estudio de caso mediante la técnica de entrevista a profundidad. El caso en esta investigación es la integración de la espiritualidad y la religión en los procesos de ayuda. Participaron tres consejeros(as) profesionales con más de diez años de experiencia, los(as) cuales ofrecieron sus percepciones sobre el tema bajo estudio.

Los(as) participantes fueron entrevistados(as) utilizando como guía un protocolo de preguntas, aprobado por un comité de expertos en el contenido. Posteriormente, se llevó a cabo el análisis de las respuestas para comprender las técnicas y los modelos de integración que utilizaban estos profesionales de ayuda. Finalmente, se compararon los hallazgos con la literatura y se ofrecieron recomendaciones para la práctica de la consejería profesional en Puerto Rico.

Los(as) participantes informaron que abordar los temas de espiritualidad y religión en la consejería es pertinente y ayuda en el proceso de solución de conflictos. Diversos modelos de integración pueden ser utilizados por el(la) profesional de ayuda de acuerdo a la circunstancias, valores e intereses del (de la) cliente. El estudio permitió cobrar conciencia de la importancia de elaborar currículos académicos, cursos y talleres profesionales que les permitan a los profesionales de ayuda adquirir las destrezas necesarias para la inclusión del tema bajo estudio en la consejería profesional.







jueves, 12 de mayo de 2016

El enfoque humanista existencial aplicado a los procesos de Consejería




      
 La Consejería Profesional no es Psicoterapia y se diferencia de ella en que no tiene un enfoque clínico, pues su fin no es curar una patología sino crear salud y desarrollar el potencial humano (Sánchez Bodas, 2005)[1]. Un(a) consejero(a) acompaña profesionalmente a personas o grupos en situaciones de crisis que envuelven cambios vitales, duelos, crisis familiares y de pareja, diagnósticos de enfermedades, elecciones vocacionales, problemas laborales, necesidades personales o espirituales que no requieren psicoterapia. Provee orientación y guía para tomar decisiones y resolver algún problema o conflicto que limita su proceso vital.
            Según Sánchez Bodas (2005) las funciones de un consejero son: a) acompañar emocionalmente a cliente, b) ofrecerle asesoría, c) promover acciones que mejoren su calidad de vida, d) asistir en los procesos de cambio y toma de decisiones, e) facilitar la transformación y el despliegue de las potencialidades de cliente. Las decisiones o resoluciones que toman los clientes deben favorecer su desarrollo y potenciar su capacidad creativa.
            Cada consejero, en su proceso de formación y/o a través de la experiencia va adquiriendo un dominio sobre las técnicas, métodos y enfoques psicológicos que sean más adaptos a las necesidades del cliente o en los cuales obtiene resultados más efectivos. Las tres principales escuelas psicológicas sobre las que derivan diversas teorías son: a) el psicoanálisis, b) el conductismo, c) y el humanismo.
            La postura del enfoque humanista es que el ser humano es libre de elegir y decidir sobre su propia vida. Esta libertad presupone que la persona asuma responsabilidad por las decisiones que toma y las conductas que realiza. El existencialismo postula que cada experiencia es personal y por tanto tiene un significado diferente para cada persona. Una misma experiencia puede ser vivida como un drama para cierto tipo de personas y para otras como una experiencia de crecimiento. Todo depende directamente de la forma en como es asumida, confrontada e integrada.
            Los principios básicos del modelo humanista existencial se resumen en los siguientes:[2]
1.      Autonomía y responsabilidad personal. La persona es capaz de tomar sus propias decisiones y asumir responsabilidad de ellas.
2.      Autorrealización y trascendencia. La persona es capaz de crecer y realizase a partir de las experiencias de vida. Está llamada a alcanzar niveles de integración más evolucionados e integradores.
3.      Búsqueda de sentido. El ser humano está orientado hacia unas metas que orientan su personalidad o construcción del yo. Lo que hace tiene un propósito y está regido por valores vitales.
4.      Originalidad. Cada persona es única, irrepetible, especial y por consiguiente vive las experiencias de vida de una forma única. La creatividad y la espontaneidad son valores fundamentales en ella.
5.      Globalidad y totalidad del ser. El equilibrio psicológico se logra cuando se integra y valoriza lo racional con lo emocional, lo intuitivo, lo contemplativo y lo corporal de la persona. El cuerpo es fuente de información sobre lo que somos, sentimos y hacemos y es el medio de expresión de nuestros pensamientos e intenciones.
            Los procesos de consejería que siguen el modelo humanista existencial buscan recuperar la dignidad de la persona humana valorando sus emociones, relaciones, sueños, potencialidades, espiritualidad, religiosidad, libertad y responsabilidad personal. Recalca la importancia de una visión integral de la persona, su carácter único, el sentido de vida, los valores y motivaciones personales, los vínculos y relaciones con otros.
            Algunas posibles situaciones donde el enfoque humanista existencial puede actuar sería: a) problemas personales: alcoholismo u otras adicciones, desórdenes alimentarios, traumas, depresión, sexualidad, identidad, elección ocupacional-vocacional; b) problemas relacionales: familiares, de pareja, duelo,  pérdidas, timidez, inseguridad, habilidades sociales; c) problemas laborales: estrés, ansiedad, frustración, trabajo en equipo, trabajo con personas difíciles; d) crecimiento personal: autoestima, apoderamiento, confianza, espiritualidad y otras necesidades personales.
           


[1] Sánchez Bodas, A. (2005). El counseling en Argentina, recuperado el 12 de mayo de 2016 desde la dirección electrónica http://sanchezbodas.zoomblog.com/.
[2] American Association of Humanistic Psychology (1961)