Como ya se ha dicho anteriormente la Consejería
es una relación de ayuda que resulta efectiva en la medida en que se desarrolla
confianza y profundidad entre cliente y consejero. Ese desarrollo de confianza
está marcado por los límites de los miedos, la ansiedad y la resistencia del
cliente. Los miedos son un proceso normal que se observa comúnmente al inicio
de la relación y no deben interpretarse como falta de interés o negativa a
cambiar. Todas las personas que acuden a un consejero pasan por unas etapas que
podemos denominar Etapas del proceso de ayuda.
Capuzzi
y Gross (2003)
proponen un modelo de desarrollo basado en cuatro etapas: a) Desarrollo de la
relación, b) Exploración, c) Solución del problema, d) Terminación y
seguimiento. La primera etapa incluye el encuentro inicial entre el consejero y
el cliente, la construcción de la relación, la obtención de información, el
establecimiento de metas y la orientación al cliente sobre las condiciones del proceso de ayuda
(confidencialidad, roles del consejero/cliente, proceso, tiempo, etc.)
La
segunda etapa se fundamenta sobre la primera y se basa en la exploración
profunda de las emociones y dinámicas cognitivas que se dan en el cliente,
problemas, posibles soluciones, capacidad para tomar decisiones y evaluación de
las metas que se discutieron en la etapa anterior. El consejero selecciona
aquellas estrategias y técnicas que entienda puedan ayudar a recopilar la
información de su cliente.
La
tercera etapa, llamada solución del problema, la cual depende de la información
recopilada en la segunda etapa, se caracteriza por la participación activa de
las partes. El consejero proveerá información, posibles soluciones y establecerá
un amiente seguro que propicie el cambio en el cliente. Este último, por su
parte, evaluará las alternativas, sus emociones, tomará decisiones e iniciará el proceso de
cambio. Durante el proceso evaluará cuan efectivas son las decisiones que ha
tomado y de ser necesario cambiará sus estrategias descartando aquellas que no
le permiten alcanzar sus metas.
La
cuarta y última etapa se refiere al cierre de la relación de ayuda y que es
determina en conjunto por las partes (consejero y cliente). Esta etapa incluye
la evaluación del proceso, de las metas alcanzadas y el seguimiento posterior. Los
métodos y estrategias que se llevarán a cabo para el seguimiento deben ser
determinados antes de que se dé el último encuentro.
No
todos los clientes pasan por todas las etapas. Hay circunstancias ajenas al consejero
que pueden interrumpir el proceso de ayuda. Una persona puede abandonar el
proceso de ayuda simplemente porque se muda de ciudad, no necesariamente porque
algo anda mal. Además, en muchas ocasiones no es posible determinar cuándo tiempo
se requiere permanecer en una etapa para luego pasar a la otra. Sin embargo, conocer
estas etapas permite que el consejero tenga un marco de referencia que le ayude
a evaluar la efectividad de la relación de ayuda.
Referencias: Capuzzi, D. y Gross, D. R. (2003). Counseling and Psychotherapy: Theories and Interventions (3rd. Ed.). Needham Heights, MA: Merrill Prentice Hall.
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