El(la) consejero(a) es un instrumento de cambio y la
percepción que el cliente tenga de él es más importante que sus métodos o
teorías. Por ello es importante que posea una personalidad que genere
confianza, respeto, apoyo y libertad. Nystul (2005) propone doce
características que todo consejero debe poseer.
Alentador(a): que fomente
esperanza y promueva el potencial del cliente para que este crezca y se
desarrolle. Debe creer y transmitir que cada cliente tiene el potencial para
cambiar y realizarse.
Artístico(a): que sea sensible y
responsable y a la misma vez creativo y flexible. Que se adapte a las
necesidades de su cliente y le demuestre humanidad y cercanía cuando manifiesta
sus sentimientos.
Estabilidad emocional: tener conciencia que
sus clientes podrían tener serios problemas de salud mental y es necesario
evitar crearle confusiones e inseguridades. Un consejero jamás utiliza a un
cliente para resolver sus propios problemas.
Empático(a): ser sensible a los estados emocionales
del cliente, ser capaz de comunicarlos y comprenderlos para alentar al cliente
a asumir su vida. La empatía es esa habilidad de sentir con y como
el cliente, de entrar en el mundo del cliente y comprender sus percepciones de
la realidad.
Autoconocimiento: tener conocimiento
de sus propios límites y necesidades. Debe tomarse el tiempo para pensar y
reflexionar sobre sí mismo y su vida.
Abierto(a): comunicar con libertad sus pensamientos
y sentimientos para ayudar al cliente a abrirse. La apertura del consejero
permite la apertura del cliente porque este percibe que quien lo ayuda es
sincero. Un consejero no se escandaliza de su cliente sino que lo escucha
atentamente.
Valiente: para reconocer que se es imperfecto,
pero auténtico y competente. Un consejero siempre revela su propia personalidad
y es coherente en sus palabras y acciones.
Posee una imagen positiva de sí mismo a nivel
personal y profesional y la transmite a sus clientes. Tiene la capacidad de
cuidarse, aceptarse y buscar el bien para sí mismo.
Paciente: reconocer que el proceso de ayuda es
muy complejo y requiere esfuerzos significativos para escuchar y dirigir una
conversación.
Sin prejuicios: no impone sus
valores, creencias o ideas al cliente sino que se compromete en ayudarlo,
entusiasmarlo por la vida y transmitirle optimismo. Sin embargo, es capaz de
comunicar con sinceridad sus propios pensamientos y sentimientos.
Es una persona realizada: le gusta lo que hace
y se esfuerza por dar lo mejor de sí. Posee la habilidad de actuar aquí y ahora
en la relación de ayuda.
Tolerante: ante las ambigüedades o incoherencias
que se puedan dar en el proceso. Un consejero nunca sabe con certeza cuál es el
mejor método para su cliente o que ocurrirá durante una sesión.
Referencias:Nystul, M., (2005). Introduction to counseling. Pearson Education
SUPER INTERESANTE Y DE GRAN AYUDA. GRACIAS.
ResponderEliminarme gusto mucho
ResponderEliminarEstoy cursando segundo año de esta maravillosa carrera en Argentina. Cada día me hace mas feliz haberla elegido, por mi vocación de servicio y mi propio proceso personal !!
ResponderEliminarExelente
ResponderEliminarte amo mi querida Orfila
ResponderEliminarGracias aporta a mi interes de seguir aprendiendo.
ResponderEliminarGracias Miss Orfilia, sirvió de mucho,... siempre estoy atenta a sus documentos.
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